El cura de Camprodón

El cura de Camprodón
sentado estaba en la luna
predicando un gran sermón
al señor duque de Osuna
al señor duque de Osuna
cuñado del faráon.

Jesús, qué mentira
yo nunca lo vi
tan gran desatino
yo nunca lo vi
por eso, señores
no hay que reír
que aún es más grande
lo que van a oir.

En mi casa venden pan
fabricado en la luna
que por cuatro cuartos dan
una magnífica cuna
una magnífica cuna
donde durmió mi padre Adán.

Jesús, qué mentira
yo nunca lo vi
tan gran desatino
yo nunca lo vi
por eso, señores
no hay que reír
que aún es más grande
lo que van a oir.

Yo tenía un melón
que dentro de sí tenía
tres mil leguas de extensión
y un ejército que mantenía
un ejército que mantenía
de soldados un millón.

Jesús, qué mentira
yo nunca lo vi
tan gran desatino
yo nunca lo vi
por eso, señores
no hay que reír
que aún es más grande
lo que van a oir.

Las flores de mi jardín
bailaban con gran finura
mientras el rey de Berlín
descansaba en su sepultura
descansaba en su sepultura
afinando el violín.

Jesús, qué mentira
yo nunca lo vi
tan gran desatino
yo nunca lo vi
por eso, señores
no hay que reír
que aún es más grande
lo que van a oir.

[Fuente: Lola Manuela, Beni y Adela (Echo), de cuando eran pequeñas, hace 60 años.
Cantan: Lola Manuela y Elena]


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