El castello sangrienti: romance jocoso

Trachedia disarrollata
en el ruinoso castello
del varón de Chentemata,
si no na acherto y veritate,
que me arranquen un capello.

Tras morisca ventaneta
con el semblanti contenti
la primorosa Giuleta
murmura una canchoneta
que marcha en alas del vienti.

Es sua voche melodiosa
cual la campana de Huesca
e chentile e candorosa
e más fresca que una rosa
¡quichá demasiado fresca!

Y digo fresca y e verdati,
perque lichera de rope
a la finestra asomati,
está pelando patates,
con un sable de la trope.

A borde de una barqueta
llega un mancebi eleguanti
vestidato de etiqueta
con gorra sport, manguanti,
con gabán y con faldeta.

Fumando brevas a pasti,
fragua algún plani siniestri,
perque a la paloma casti,
li hace con el ojo diestri,
la seña del as de basti.

La doncella enamorata
li arroja una escalinata
fabricatta con cordeli
e per ella le doncelli
como un felino esquilata.

Le patri que era un heroni
observó la operachone
desde un huerto exuberanti
donde tiene plantachone
de pimentone picante,
aparte de le pimentone
cultivaba le melone
le favi, le chufe,
le remolache
e le turrón de guirlache.

Presto el gran caballeri
de su honore s'en ricorda
y trepando per la corda
sube a le piso primiere
portando una estaca gorda.

Altamente incomodati
les apunta sin pietati
con una vieja escopeta
per profanar el secreti
de un lugarti tan sacrati.

Sona una detonachone
y una descarga chertera
atraviesa le pulmone
del galán e la pendone
¡fue una morte de primera!

Furiosi y desesperati
con el juicio incompleti
les tritura el esqueleti
poniendo el uno en tomati
y el otro a la vinagreti.

Abre luego le balcone
y les tira en direccione
vertical un peñasqui
quedando allí le Varoni
como un cangrejo sin casqui.

¡Ay, míchero!
tú y tos los astros del chelo
se tiñeron de escarlata,
desde entonces, no es camelo
no volvió a abrirse el Castello
del Varón de Chente-Mata.


[Fuente: Elena Borderas, Echo]