A nego, que salga el burro negro

Se juega en un espacio limitado, por ejemplo en un frontón.

El que la paga se coloca en la pared del frontón; el resto de jugadores enfrente, a varios metros de distancia, siempre sin salirse de los límites; para empezar el juego cantan:
-¡A nego, que salga el burro negro!
Entonces el burro negro sale con las manos juntas y debe tocar a alguno; cuando lo consigue, los dos vuelven a la pared corriendo porque el resto intenta pegarles en la espalda hasta que llegan a la pared y la tocan. Se quedan allí esperando.

El resto de jugadores, de nuevo colocados a varios metros vuelve a cantar:
-¡A nego, que salga el burro negro!
Salen los dos que la pagan cogidos de la mano, sin soltarse, a coger a otro más; si se sueltan de las manos tienen que volver a la pared corriendo para evitar que los demás les peguen en la espalda.

Cada vez que pillan a uno tienen que volver a la pared y tocarla, mientras el resto intenta pegarles. El resto de jugadores vuelve a cantar y los ya pillados, con el burro, a salir cogidos de las manos; así la cadena es cada vez más larga y, por un lado, resulta cada vez más fácil coger a los que quedan libres pero, por otro lado, es difícil correr sin que se rompa la cadena.

Se continúa jugando hasta que están todos cogidos.
A la siguiente vez la paga el primero que ha sido pillado.

[En Larués se jugaba siempre en el frontón.
Fuente: mi hermano Antonio.
Fecha de recogida: 3-4-2010]

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