Juego del anillo



En este juego sí que se necesita algo más que jugadores, se necesita un anillo. Una persona la paga y su cometido es averiguar quién tiene el anillo.

Para empezar a jugar se colocan todos los participantes, menos dos, en hilera o en corro. De los dos sobrantes, uno es el que la paga; el otro, al que vamos a conocer por el nombre de "El Portador" comienza el juego con un anillo entre sus manos.

El Portador del anillo debe hacer, con todos los jugadores dispuestos, a la espera, el gesto de que les va a entregar el anillo; desliza suavemente sus manos juntas, donde guarda el anillo, por encima de la manos de los esperantes, que las tienen dispuestas también juntas, pero ligeramente abiertas esperando ser los afortunados que reciban el generoso regalo. Este gesto debe ir haciéndolo uno por uno, sin olvidarse de nadie; mientras lo está haciendo, el que la paga está observando atentamente. En un momento determinado de este recorrido, El Portador debe dejar caer el anillo con delicadeza -sin que nadie se dé cuenta, y mucho menos el que la paga- en las manos del afortunado que él mismo ha elegido.

Cuando El Portador ha acabado de hacer toda su ronda le pregunta al que la paga "¿Quién lleva el anillo?" y éste debe intentar adivinirlo, quizá porque haya visto algún movimiento sospechoso en el momento de la entrega, por la expresión del agraciado... Hay que tener en cuenta que, mientras hace su ronda, El Portador juega al despiste y puede realizar ligeros movimientos o gestos para aparentar que deja el anillo donde en realidad no lo está dejando.

[En Larués jugábamos casi siempre sentados en un banqué.
Fuente: recuerdos de mi infancia]