A la emus

Mamá, se puede saber por qué llevas toda la noche sentada en esa silla con los ojos abiertos como platos?

Hijo mío, no puedo cerrar los ojos porque me dijo Primus que ya nos veremos...

Primus? Pero que te traes tú con el tío Primus?

Yo con Primus? Nada. Sólo que le tengo que decir una cosa y no quiero dejar pasar un día más sin decírselo. Bueno, mejor dicho, lo quiero mandar a un sitio.

A dónde, mamá?

A la emus.

A la emus? Y eso qué es?

Mira, hijo mío, estudia un poco que te vendrá bien, verás.

(Pues va a ser que sí, al final con esta madre mía me voy a tener que comprar un diccionario de latín).